miércoles, 12 de mayo de 2010

ROMANCE EL ENAMORADO Y LA MUERTE

Romance del enamorado y la muerte.
Un sueño soñaba anoche,
soñito del alma mía,
Soñaba con mis amores que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora tan blanca muy más que la nieve fría.
- ¿Por dónde has entrado, amor?
¿Cómo has entrado, mi vida?
Las puertas están cerradas, ventanas y celosías.
- No soy el amor, amante: la Muerte que Dios te envía.
- ¡Ay, Muerte tan rigurosa, déjame vivir un día!
Un día no puede ser, una hora tienes de vida.
Muy de prisa se calzaba, más de prisa se vestía;
ya se va para la calle, en donde su amor vivía.
- Ábreme la puerta, Blanca, ábreme la puerta niña.
- ¿Cómo te podré yo abrir si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue al palacio mi madre no está dormida.
- Si no me abres esta noche, ya no me abrirás, querida;
la Muerte me está buscando,
junto a ti, vida sería.
- Vete bajo la ventana donde labraba y cosía,
te echaré cordón de seda para que subas arriba,
y si el cordón no alcanzare mis trenzas añadiría.
La fina seda se rompe; la Muerte que allí venía:
- Vamos, el enamorado, que la hora ya está cumplida.

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